18 junio 2009

Si quieres encontrarme...


Supeditado a mis orígenes
A no ser más que aquello con lo que nací
Sé lo que soy y lo que tengo.
Sé lo que puedo ser y lo que no tengo.
Tengo lo que quiero
Ni más ni menos


Cada humano es una puerta,
Siempre cerrada a cal y canto.
Acercarse es la esperanza del náufrago,
Pero hay tantos náufragos
No te preocupes
Hay tantos náufragos como ojos ves
Tiéndeles una balsa, una mano, una sonrisa…
Verás que tu balsa puede ser compartida
Verás que hay tanto sitio como miradas.

Verás…
La ciudad es gris y vieja,
El cielo está cada vez más lejos,
Más alto.
Es gris, es gris, es gris.
Pero debe ser primavera
¿Dónde?
Aquí hay Hierro, humo, copas y bares.
El consuelo del nostálgico
¿Dónde buscarte?
Viajaré lejos, a la frontera del barrio.
Te busco donde puedo
¿Es suficiente?

¿Está tu puerta abierta?
Silbaré tu canción y la de él,
Y la de aquel.
¿No te gusta? ¿A que sí?
Cantó para ti.
Sí, para ti que lees esto.
Silbo lo que tú quieras,
Mi garganta grita y canta por ti.
¿Hay flores dónde estás?
El barrio donde habito no tiene praderas.
Mi corazón ensancha pensando en tus flores.
Veo mis mierdas y puedo sonreír.
Sonrió por ti, para ti que me lees.
¿Crees que me cuesta?

La sencillez del sentido
Mírame ante ti, fumando un cigarro.
Me ves ¿verdad?

La sencillez del sentido
Atronador silencio, un Fa sostenido.
También desvarío para ti
¿Pensabas que era broma?

El olor del tabaco en la ropa al salir del bar.

Sonríe.
Si quieres encontrarme ya sabes dónde estoy.

La sencillez del sentido.
El pájaro del vecino.
Esa flor del muro.
Esa pintura olvidada:
“tus ojos son mis razones”
Puedes cambiar
La pregunta es:
¿Quieres hacerlo? ¿Estás seguro?
Si quieres encontrarme ya sabes dónde estoy.

No hay ninguna pradera pero…
Silbo para ti, a ti que me lees.
Cantó para ti que te hace falta.
¿Te paso el cigarro?

Llora.
Puedes hacerlo, sólo tú y yo lo sabemos.
Es bueno, es un abrazo.
Si quieres encontrarme ya sabes dónde estoy.

1 comentario:

Unknown dijo...

Me encanta cómo escribes. No sé cual hiciste antes ni después, pero déjame que te de un consejo que hace magia: deja de hablar de ti o deja de estar presente en sólo un personaje y extiéndete por el relato o el poema, forma parte de todo, contamina todo. Unos besos nuevos.