Irvin no terminaba de adaptarse a su nueva vida. El sabia que le iba a costar un tiempo acostumbrarse… no como a Tilda. Ella en cambio parecia llevarlo muy bien.
Aparecio ella por la puerta de la cocina:
- ¿Qué te apetece cenar hoy cielo?
- Mmm… ¿carne?
- ¿Carniceria o polleria?
- Polleria, hoy estoy algo pesado.
- Muy bien. – cogió el bolso, se puso el abrigo – Ahora vuelvo, amor.
- Hasta ahora.
Al cabo de dos minutos se empezaron a oir gritos al otro lado de la calle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario